Una palabra ausente, esquiva, que es buscada incluso por parte de su obra.
Cayetano Romero, en su exposición en La Casa Amarilla, se presenta por medio de su ausencia, reflejada en algunas de las obras que pone ante nuestros ojos. Nos plantea ese juego que es el de la falta de respuestas ante las preguntas que todos nos hacemos, la necesidad que nos autoimponemos de saber el final, el qué vendrá. Pero, del mismo modo, su obra nos invita a reflexionar sobre el principio del camino, sobre superar el miedo al papel en blanco, al qué será.
Las figuras cerámicas de la exposición llevan “tatuadas” (o cosidas) las palabras o símbolos que han acumulado en su búsqueda, mientras otean en equilibrio. Transmiten la sensación de pérdida de rumbo (o de realidad, con las ovejas persiguiendo al lobo) que se da ante la inseguridad del camino, ante el siguiente paso a dar.
La búsqueda convertida en sentido de la vida nos empuja a considerar que tal vez no sea tan importante el objetivo sino el camino que se recorre y más el cómo que el porqué.
708 farolillos, de color rosa oscuro y forma de flor de loto, y cánticos tibetanos, gregorianos e islámicos.
La exposición de Kimsooja en el CAC Málaga nos presenta ‘Lotus: Zone of Zero’, “un espacio donde las personas de distintas ideologías, de diferentes religiones y sensibilidades pudieran convivir en armonía”, como ella misma lo definía tras su creación en 2003, en el comienzo de la guerra de Irak.
Esta artista siempre ha trabajado sobre la idea de relación entre las personas, independientemente de su nacionalidad, y sobre la importancia de la igualdad entre los seres humanos. Este lugar (físico y mental), aunque pierde un poco de fuerza al pasar del círculo original al rectángulo actual para adaptarse al espacio, unido a la música, transmite la necesidad de detenerse, olvidar los conflictos y pensar en lo que nos une.
En 2012, con motivo de los Juegos Olímpicos de Londres, presenta la videocreación ‘To Breathe – The Flags’, con las banderas de los estados participantes, que posteriormente amplía con el resto de países del mundo. Las banderas se superponen en una sucesión sin fin en la que no sabemos cuándo empieza una y termina otra. La explicación de Kimsooja lo dice todo: “Las trabajo quitándoles la identidad, como si fueran una sola bandera de un solo país, por eso están todas, incluso las prohibidas en determinadas zonas, como la bandera de Corea del Norte, que está prohibida en mi país”.
Esa búsqueda de lo que es el ser humano en su esencia y lo que debe llegar a ser, entendiendo la identidad dentro de la necesaria igualdad de todos, es lo que invita a reflexionar, a meditar, sin prisa, en estas creaciones en las que el tiempo se detiene.
Hace unos días se ponía en contacto con nosotros María Almudena Armentia, miembro de la asociación La Sonrisa de un niño-Málaga. Esta asociación tiene como objetivo mejorar la salud de niños afectados por el accidente nuclear de Chernobyl. Para ello traen en periodos de unos 40 días al año a niños de zonas contaminadas de Bielorrusia a Málaga, para que puedan reducir sus niveles de contaminación, al cesar la exposición a lugares contaminados, y así dar un respiro a su sistema inmunitario. Para ello disponen de una red de familias de acogida para hacer su estancia lo más feliz posible.
«Según la OMS por cada mes que los niños estén fuera de la zona contaminada, pueden prolongar su esperanza de vida entre 12 y 18 meses.» – Nos dice Mª Almudena.
Mª Almudena nos pedía que si podíamos darle difusión a este programa, ya que necesitan más familias de acogida para estos niños. A nosotros nos ha gustado mucho el programa, que ya conocíamos algunos por otros medios, y nos ha conmovido así que le damos difusión en nuestra web y en nuestras redes sociales. E intentaremos hacer algo más sí es posible.
Hay imágenes que en un momento dado de la historia su significado o importancia crece de forma exponencial y se enriquece a través de las interpretaciones que se van haciendo de ella misma, podríamos pensar en el caso paradigmático de La Gioconda de Leonardo da Vinci, pero no, hablamos de la imagen de la niña acompañada de un globo rojo.
Actualmente esta imagen nos remite de forma casi inconsciente al icono creado por el famoso grafitero británico Banksy, en el cual aparece una niña de aspecto delicado intentando alcanzar un globo de color rojo que inevitablemente se escapa de sus manos.
Atendiendo a esta iconografía me dispuse a adentrarme en el análisis de esa imagen, lo que me llevó a descubrir la genial y enternecedora película El Globo Rojo, o en su idioma original Le Ballon Rouge, de 1956. Sin palabras, solo con gestos, carreras, sonrisas, gritos, es capaz de transmitirnos el director de esta película emociones y sensaciones que inevitablemente nos lleva a la añoranza de esa inocencia que refleja el protagonista con sus actos, hasta que se interponen en su camino un grupo de niños que no comparten, envidian, o bien simplemente no permiten que el protagonista disfrute acompañado de esa genial metáfora simbolizada a través del globo rojo.
Aparecen ciertas referencias bíblicas interesantes, como la localización final donde el globo sufre un percance, también críticas a la idiosincrasia religiosa, además de un retrato y una ambientación de una sociedad gris, despreocupada de las necesidades de los demás y egoísta, en la que la única mota de color son los globos que finalmente harán acto de presencia de forma coral.
Una película delicada, gris pero a la vez colorida, melancólica… La pregunta sobre si Banksy tomó de referencia esta película francesa ya está formulada al propio artista británico, ahora solo nos queda saber su respuesta…
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