Creo que todo es el resultado de todo. Todo lo que uno hace tiene un propósito. Cada una de mis experiencias es el resultado de que mi cuerpo actúe de la manera en que lo hace. La palabra fenómeno proviene de la palabra griega «fainomain» que significa «me muestro a mi mismo», lo que significa que el cuerpo necesita experimentar antes de poder reflexionar.
Mientras sigo mi conjunto de reglas, no tengo que pensar. No hay discusión: solo hago lo que me dije que debía hacer. Las reglas son a menudo muy simples, pero demandan toda mi atención y toda mi concentración. Repito la acción durante todo el tiempo que puedo, superando los límites de mi concentración, mi paciencia y sufriendo el dolor físico de permanecer en una posición demasiado tiempo. Nunca es lo mismo, mi cuerpo nunca habla el mismo idioma y, a través del dibujo, estoy visualizando esto.
La obra surge por sí misma. La línea es el resultado del comportamiento de mi cuerpo durante el tiempo que dibujo.
Es casi una meditación, dejar que el cuerpo y la pluma se muevan lentamente al mismo ritmo durante horas. Mi cuerpo es una extensión del dibujo y se convierte en parte de la obra mientras estoy actuando. El suelo y las paredes son igualmente una extensión del trabajo, toda la sala se convierte en su lienzo.
El proceso es importante en mi práctica artística, no estoy trabajando en un dibujo o una obra de arte terminados. La acción del dibujo es el arte, el proceso es la pieza final, y la obra está terminada mientras esté trabajando en ella
En la galería de La Casa Amarilla, Ingeborg realizará un dibujo tridimensional que incluirá nuevos materiales, todos los días durante el horario de apertura, comenzando el día 23 de noviembre.
