EL VALOR DE SER

El miedo a lo diferente ha hecho al ser humano trazar límites entre lo visible y lo oculto, entre lo
aceptado y lo reprimido. En esta frontera donde la verdad es absolutamente relativa se encuentra
lo que Carl Jung denominó la sombra: “un espacio psíquico donde habitan aquellos fragmentos
de nuestra identidad que la sociedad nos ha enseñado a negar”. Pero ¿qué pasa cuando
decidimos confrontarla y dejar de esconderla?
Antonio Portillo Carbonell quiere llevarnos a ese terreno de contradicciones, donde el miedo y la
libertad conviven en un mismo cuerpo a través de un trabajo escultórico, y blando, donde
dialogan la identidad, el deseo y la represión. El Valor de Ser, de transitar en lo profundo, en lo
más personal de cada uno de nosotros, sin etiquetas de género y sin prejuicios. Tan solo siendo
conscientes de que nuestra realidad no es la única y que convive con millones de otras
realidades.
En la sombra residen las verdades que cuando se comprenden como parte de nuestra vida diaria
se transforman en poder y autenticidad. Para muchas personas dentro del colectivo LGTBIQ+,
este proceso no es solo psicológico, sino vital: salir de la sombra implica desafiar un sistema que
históricamente ha castigado la diversidad y la disidencia. La integración de la sombra es, en este
sentido, un acto de resistencia, que no de rebeldía; no confundamos la reclamación de los
derechos constitucionales con la valentía de “ser” a pesar de “estar”.
El arte es, en sí mismo, un campo de batalla donde lo normativo y lo subversivo se enfrentan
constantemente. En este juego, Portillo nos recuerda que la identidad no es una imposición
externa, sino una construcción íntima y personal y que la valentía de reconocer la propia sombra
es, para muchas personas, un doble trabajo: el propio y el social.
Entre las obras se incluye la Video Performance «Ser y Estar» con la también artista Marina
Cardo López, realizada exprofeso para esta exposición, y que hace referencia al proceso de
transición de la artista y a la disforia de género.