Miguel Retamero
Todas las razones de peso que puedan haber para dedicarse al arte se desprenden de una creencia íntima en que existe solo una manera correcta e ideal de hacer las cosas. También de la fe depositada en que, en su dimensión estética, se pueden rastrear el origen y el fin de todo lo humano, así como su cercanía o lejanía a ese ideal correcto. Correcto no es necesariamente sinónimo de bueno.
Entiendo el trabajo de un artista como el escaneo constante de su alrededor según estas premisas, y la posterior puesta activa en diálogo de sus distintos hallazgos, una vez sintetizados y dispuestos de la mejor manera posible. En mi caso, lo hago con la esperanza de dar con alguna combinación afortunada que aumente la influencia relativa de la zona que observo y de mis propios intereses, lo cual redundaría en mi bienestar y en el de mi entorno. Le reconozco un valor social, político y económico a esta actividad y cumplo con la responsabilidad que conlleva. Estoy convencido de que esta actividad representa, de forma estricta, la avanzadilla de lo que se conoce habitualmente como guerra cultural. No obstante casi nadie se toma este papel en serio, y de hacerlo, si puede elegir, prefiere no involucrarse para no poner en peligro su posición, normalmente inestable, en el sistema o en el mercado.
Hay lugares y campos de interés en los que la probabilidad de dar con algo bueno y causar movimiento es más alta que en otras, pero, una vez aquí, no creo que esto deba ser un factor determinante a la hora de elegir dónde invertir el tiempo y la energía. Es mejor ser honestos porque la posibilidad de fracaso puede darse en cualquier lugar. También el éxito. El talento, el conocimiento teórico y el dominio práctico de las técnicas empleadas pueden mejorar cualquier tentativa. Estudiar bien es muy importante.
Pienso que lo más sensato es incidir en los temas por los que uno sienta una natural atracción y también investigar sobre los condicionantes por los que te veas directamente afectado. Una combinación de ambos puede ser especialmente eficaz porque, probablemente, arrastre pasiones intensas, tanto positivas como negativas. Observar esa colisión. En cuanto a las técnicas, cualquiera puede ser válida y no hay razones objetivas para pensar que unas sean superiores a otras, aunque cada obra y cada artista, tienen un compromiso con su tiempo que conviene respetar. Reproducir conductas del pasado es un acto despreciable.
Sobre estas premisas desarrollo mi trabajo artístico, que abarca dibujos, pintura, escultura, obra digital, visuales en directo e instalaciones que normalmente han discurrido sobre temas relacionados con la identidad, la naturaleza, la temporalidad del cuerpo y la muerte en la meta, el asalto tecnológico en lo profundamente humano y ciertos códigos culturales propios de la tradición española y andaluza que actúan como prismas de refracción. En definitiva, sobre cómo se expresa la constante humana y el espíritu de este tiempo en este lugar concreto de la periferia europea.
BIO
Artista plástico y agente cultural, desarrolla su actividad desde el sur de España. En los últimos años ha creado un particular imaginario visual y simbólico para contrastar y poner de manifiesto las tensiones estéticas y políticas generadas por la colisión entre los sistemas representacionales propios del arte contemporáneo globalizado y las particularidades culturales de la periferia. En 2018 fundó el colectivo DURO VINO, el cual preside, para expandir su trabajo en otros medios como la video-creación en directo. Esta propuesta híbrida le permite exponer su obra teórica y política en soportes y escenarios dedicados a la fiesta y el hedonismo, así como introducir cierto carácter lúdico en espacios tradicionalmente reservados al mundo académico. Graduado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, cursó cinco años de arquitectura en la ETSAB. Realizó posteriormente una residencia de seis meses en la Metropolitan Manchester University en la especialidad de Interactive Arts. Como agente cultural ha co-dirigido el I MUWART FEST, Music, Wine and ART y el festival WINTERJAZZ en Ronda, entre otros, y ha participado activamente en la organización de festivales de cierto prestigio internacional como el UVA Festival en sus dos primeras ediciones. Su obra se ha expuesto en diversas exposiciones colectivas e individuales y ha actuado en directo en lugares como el Espacio Turina de Sevilla, UVA Festival, TRANSDISCIPLINA o Centre Pompidou en Málaga o el Museo Nacional de Colombia en Bogotá. Su trabajo teórico ha podido verse en charlas y diálogos como el mantenido recientemente con el filósofo Javier Echeverría en el marco del XVII Encuentro Masica-Filosofía de la RMR.
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